Los símbolos universales cobran forma gracias a los metales preciosos en joyas que sirven de amuleto para atraer la buena suerte
El temor a lo desconocido, a lo incontrolable, a las fuerzas superiores o como queramos llamarlo, es algo innato en el ser humano. Precisamente buscando protección ante cualquier posible mal hemos desarrollado desde el principio de los tiempos toda una colección de símbolos e iconos que ejercen de amuleto frente a la 'mala suerte'. Los más llamativos son aquellos que han pervivido en el tiempo provenientes de las creencias paganas de las antiguas civilizaciones: el ojo que todo lo ve como representación de la iluminación sobre el conocimiento y la protección divina, el escarabajocomo icono de la vida eterna y la reencarnación, la serpiente como imagen del deseo, el triángulo como puerta hacia el mundo de las artes oscuras, los arcanos del Tarot para predecir el devenir... Todos ellos asociados a la astonomía, astrología, la alquimia, las artes botánicas y las tradiciones religiosas.
Será por la fascinación que ejerce el hecho de encontrar el verdadero significado de un dibujo o porque en cierto modo les conferimos un incomprensible poder mágico, la cuestión es que llegamos a creer que las joyas tienen una potente carga simbólica con la capacidad de ejercer un influjo energético sobre quien las luce. Es algo asociado al misterio y anuestra necesidad de escudriñar el futuro recurriendo a las artes oscuras pero también es un gesto divertido, cómplice y un guiño a las supersticiones más arraigadas de nuestra sociedad. De este modo, las creencias y jeroglíficos, representaciones gráficas, dibujos e iconos de sociedades como la egipcia, las comunidades sumerias, los celtas y, por supuesto, la comunidad cristiana, son una inagotable fuente de inspiración para las jóvenes diseñadoras que, intrigadas y seducidas por su misterio, los convierten en auténticos objetos de culto.
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